Joaquín | Paciente (60 años)

''Tantas líneas rectas...''

Cera sobre papel. 35x27 cm

Desde la primera sesión, Joaquín duda de su aptitud artística y, a la vez, se siente atraído por los materiales y la propuesta de juegos creativos. 

Con una cera roja en la mano no dominante, explora el trazo aleatorio respetando la consigna de mantener los ojos cerrados. Cuando los abre, le sorprende “que haya tantas líneas rectas”, asocia lo circular con la Sagrada Familia y toda la figura con un monasterio, en vista aérea. Rellena algunas formas con azul y violeta, “a manera de vidrieras de colores”

Parece más tranquilo que al inicio. Al día siguiente, invitado a representarse dentro de la imagen, añade una pequeña figura de palo ocre. Espontáneamente, cierra los ojos y se pone a describir, como si paseara por este escenario: “el interior de una iglesia, una serie de sillas, púlpitos, el fondo bautismal …” 

''Estar a las puertas, visionarse dentro de un lugar especial''

Collage sobre papel. 44.2x32.5 cm

Joaquín se lanza en la realización de su collage, no sin antes mostrarse reticente y denigrar sus capacidades para hacerlo.

Seleccionando las fotos, encuentra bonitas muchas de ellas y le evocan recuerdos. Una vez ensambladas las fotos, resume la imagen declarando: “Qué bonita es la vida, sobre todo cuando hay salud”. El collage despierta mucho interés en sus visitantes, desde la familia hasta los profesionales sanitarios. Él explica: “El mar es lo que más me gusta, ir a la costa, nadar; el desierto, lo que más me asustaría. Me pregunto por qué me llaman tanto la atención las líneas rectas de los templos del Machu Pichu.” 

Ahora se da cuenta de que ha incluido una imagen muy extraña, la de una atracción de feria lanzada al mar por la fuerza de un tsunami. Joaquín insiste en que prefiere el trabajo anterior, que le transmite la sensación de “estar a las puertas, visionarse dentro de un lugar especial”.

Acuarela sobre papel. 35x27 cm

La propuesta de escuchar un fragmento musical y luego pintarlo, primero asusta a Joaquín, al ver los pinceles y los frascos de acuarelas. Pero después de unas pruebas de color, considera que los rojos y naranjas no “traducirían” esta música y se decide por asociar con las notas los tintes azules y verdes. Los extiende con soltura, observa que otra vez le salen líneas rectas, así que maneja el pincel para formar ondulaciones, “como plantas marinas” (a la derecha). Al final, expresa que le ha parecido fácil y que se ha sentido a gusto. Lo resume con la palabra “Novedad”.

Aprovechando la visita de su primo Antoni, Joaquín propone incluirle en la sesión. 

Inician un diálogo pintado, con la consigna de no mediar palabras durante unos minutos, expresándose únicamente con formas y colores. Joaquín escoge el violeta y Antoni, el azul. Al terminar, intercambian verbalmente sus impresiones. Les ha perecido difícil seguir lo que el otro tenía la intención de “decir” en pintura. Antoni ve en ella “paralelismo de vidas” y Joaquín “acercamiento, pero solo logrado hacia el final”, mostrando las líneas rectas que enmarcan los grafismos. 

Cada uno le pone un título a la imagen: “Estimación”, para Antoni; “Recolzament” (Apoyo), para Joaquín. Surgen recuerdos de los muchos momentos compartidos entre los primos, viéndose como testigos privilegiados de una generación que conoció la revolución tecnológica. “Mala señal”, dice Antoni con una sonrisa amarga, “hay más tiempo vivido del que queda por vivir”. “Porque tienes miedo a morir”, replica Joaquín, añadiendo que él está más conforme con la idea de que, en algún momento, “toca”. 

Acuarela sobre papel. 44.2x32.5 cm

“Es una cueva submarina, oscura, larga de miles de kilómetros. Voy a adentrarme”

Acuarela sobre papel. 35x27 cm

Joaquín da un nuevo sentido a una de sus imágenes: “Es una cueva submarina, oscura, larga de miles de kilómetros. Voy a adentrarme”. Sigue preguntándose por las muchas líneas rectas en sus producciones, pistas por seguir, sin acabar de hacerlo. Dice intuir que hay un orden que relaciona todos sus trabajos. “Veo muchas entradas y salidas, pero ¿qué quiere decir...?” 

Acuarela sobre papel. 35x27 cm

Joaquín pide que su hija, María, esté presente en la sesión. Explora la cueva con capas de amarillo y rojo, declara que le gustan las zonas en que se superponen los colores, pero no cuando el color se hace más denso, porque “impide ver más allá en la gruta y apreciar su profundidad”.

María hace observar a su padre que los colores no le parecen conformes con la idea de cueva oscura. Pero Joaquín se niega rotundamente a utilizar el negro: “No quiero estropear nada”. Nadia le propone hacer pruebas en otro papel. 

“Es sorprendente todo lo que todavía se puede hacer con el pincel, sin que esté recargado…” 

Acuarela sobre papel. 35x27 cm

Pruebas con el negro. Joaquín maneja el pincel hasta casi agotarlo de pigmento, dejando aparecer varios matices de gris. “Es sorprendente todo lo que todavía se puede hacer con el pincel, sin que esté recargado…” 

La figura en el papel le evoca la de un pintor, con un largo traje abotonado. Decide dotarle de una paleta y una amplia pajarita. Se muestra satisfecho con el resultado, aunque al poco rato, critica lo que, según él, tendría que haber hecho mejor. 

Destaca que quizás podría continuar su trabajo sobre la cueva, pero sus dudas le impiden entrar en acción: “Y si lo estropeo, y si no sé hacerlo…” María le da un estímulo: “¡Lánzate, Papá, y ya está!” 

Acuarela sobre papel. 35x27 cm

Acuarela sobre papel. 35x27 cm

Joaquín se atreve a un largo rato de exploración pictórica con el negro “para dar profundidad a la cueva”

Después de considerar que algo va mejorando, emite duras críticas hacia sí mismo. Nadia le invita a desoír por un momento la rectitud de este juez interno. Sin darse por vencido, Joaquín escruta los trazos grises, que le evocan la forma de dos personajes. Los resalta con más pintura. Afirma que se dirigen hacia el fondo de la cueva, donde le parece ahora que falta luz y añade una mancha naranja. Al terminar, se sorprende que lo haya conseguido y, aunque cansado, afirma haberlo pasado bien.

Al día siguiente, reitera su satisfacción y sigue interpretando su trabajo: “Los dos personajes son mitad humanos y mitad animales, el de la izquierda parece un poco bruja, con una capa muy grande y patas muy grandes; podrían ser extraterrestres, aunque nunca me han atraído los temas OVNI”. Parece disipar una duda, afirmando: “Es una bruja buena”. Por una misteriosa asociación de pensamientos, Joaquín se acuerda de su padre, muerto cuando él tenía 19 años. 

Le conduce a verbalizar, ser consciente de que él también se puede morir. Le motiva mucho la idea de que no se engaña, solo que sabe que le hundiría pensar mucho en ello, lo pasaría muy mal. En consecuencia, a veces se obliga a animar a su entorno “para que no hagan caras tristes”. Y esto le parece muy duro y cansado: “Quizás me estoy equivocando, pero todavía no toca”.

María | Hija de Joaquín

Unos años después de la muerte de Joaquín, María revisita las obras de su padre en las sesiones de arteterapia destinadas a preparar la exposición. Crea sus propias imágenes, desde su presente y su duelo.

“Camino de sombras y luz”. Pintura acrílica y poliestireno sobre papel. 41.5x29.5 cm

“Mi cueva.” Pintura acrílica sobre papel. 41.5x29.5 cm


Bruno Hidalgo | Dibujante

En una primera sesión de arteterapia junto a los otros profesionales creativos, Bruno se expresa gráficamente sobre sus propias pérdidas.

Rotulador y cera sobre papel. 65x50 cm

En una segunda sesión, sin poder saber de quién es, Bruno escoge una obra entre todas las imágenes producidas por pacientes y familiares. Es una de Joaquín.

Una vez conoce las otras imágenes realizadas por Joaquín y María, Bruno empieza su proceso creativo siguiendo las sugerencias de la arteterapeuta y haciendo interactuar su trabajo personal con lo que le inspiran las realizaciones de padre e hija.  

La obra de Joaquín escogida por  Bruno

En una última sesión conjunta entre familiares y artistas, María y Bruno se conocen y comparten sus impresiones.

Bruno expresa su percepción artística del proceso completo con su obra final, ''Peso''.

“Peso”. Acuarela y tinta china sobre papel. 100 × 70 cm

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